Pausa y crítica.

Aviso: Ésta entrada puede resultar un poco exagerada, pero me apetece, así que si a alguien no le gusta, o se jode y lee, o no lee. Y punto, es sencillo. Quien avisa no es traidor. También puede que el lenguaje no sea muy bonito ni artístico, pero dejadme hacer lo que me de la gana. Si a alguien le ofende, que cierre la ventana y ya está.


Hola mundo. Soy yo otra vez. Sí, te voy a insultar un poco más. No sé que me ha pasado, pero te he cogido una tirria increíble. Sociedad, manda-más de todo, rey en nuestras vidas. (Viva la revolución anti-prototipos de sociedad) A mí no me engañas, querida. Sigues igual que siempre. Los hombres mandan, las mujeres los acompañan. Los hombres deciden qué hacer o a dónde ir. ¿Por qué ellos? Me intento convencer de que las cosas están cambiando, pero sigue siendo igual después de todo. Los chicos son los príncipes azules, y las mujeres tienen que esperarlos, asomadas en la ventana, tan arregladas, tan... Sumisas.
No, me da igual. No pienso estar debajo de nadie. Ésos castillos azules y rosa para mí ya no existen más. Estoy hasta los cojones, que gracias a Dios que no tengo, de tener que arrodillarme ante los demás. Ésto ha cambiado.
Digan lo que digan, sean mujeres o hombres, me resbala.
Somos las mujeres, las que tenemos que esperar a que él diga lo que se tiene que hacer. Nosotras, las únicas víctimas aquí.
No, no sufro maltrato ni nada por el estilo.
Pero sufro un inmenso machismo que afecta a todos.
No solo duelen los golpes. 

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