Idealismo en estado puro

Si acaso tú no ves
Mas allá de tu nariz
¡Y no oyes a una flor reír!

Si no puedes hablar
Sin tener que oír tu voz
Utilizando el corazón.

Amigo Sancho escúchame,
No todo tiene aquí un porqué
¡Un camino lo hacen los pies!

Hay un mundo por descubrir
Y una vida que arrancar de arrancar
De brazos del guión final

A veces siento al despertar
Que el sueño es la realidad.

Bebe, danza, sueña
Siente que el viento
Ha sido echo para ti
Vive, escucha y habla
Usando para ello
el corazón.

Siente que la lluvia
Besa tu cara
Cuando haces el amor
Grita con el alma
Grita tan alto
¡Que de tu vida, tu seas
Amigo el único actor!

Sí acaso tu opinión
Cabe en un sí o un no
Y no sabes rectificar

Si puedes definir
el odio o el amor
Amigo ¡que desilusión!

No todo es blanco,
O negro: es gris
Todo depende del matiz,
Busca y aprende a distinguir.

La luna puede calentar
Y el sol tus noches acunar
Los arboles mueren de pie.

He visto un manantial llorar
Al ver sus aguas ir al mar...

                   Mago de Oz, Molinos de Viento.

Me da la impresión de que no debí nacer en ésta época. No pertenezco aquí, donde lo que reina es el materialismo. Siento que debí haber nacido con Bécquer, o antes, con Cervantes. Personas que se dejan llevar por lo que su mente les diga las palabras que deben escribir. Personas que piensan en el hondo, lo oculto que hay en todas cosas de la vida. No, no soy de éste tiempo. Ahora alguno pensará: Pero, que anticuada eres, ¿no?

Quizás soy anticuada. Pero es lo que pienso, y no voy a dejar de decirlo por lo que los demás puedan pensar. Soy anticuada, mentalmente. Mi corriente de pensamiento es el idealismo, para lo bueno y lo malo. Enamorarte una y otra vez, imaginarte todo lo que va a suceder. Crear un ideal de tu vida, para luego darte un tortazo. Una y otra vez, caer y levantarse. Nunca, nunca me quedaré en el suelo, lamentándome. Eso es algo en lo que no estoy de acuerdo con los Románticos del siglo XIX, ¿por qué suicidarte, si tienes toda la vida por delante?

Muchas más hazañas y desamores que contar. 

Poder seguir disfrutando de lo que te gusta hacer.