Sonrisa intermitente.

No te das cuenta, ¿verdad? No lo has pensado, siquiera. Seguramente, ni habrás dedicado un minuto de tu tiempo a pensar en lo que me has hecho. En lo destrozada que acabé por ti, en las noches que me he pasado deseando que volvieras. No ves a lo que has renunciado; le has dado la espalda a alguien a quien realmente importabas, que cuidaría de ti y de tu felicidad, anteponiéndola a la suya. A la mía. ¿Eres consciente de lo que significa eso? Supongo que la felicidad está sobrestimada y que no te importa en absoluto.
Todos tenemos nuestras imperfecciones; no podemos ser ideales, y siempre, para conseguir algo, tienes que soportar pequeños detalles que pueden ser molestos, pero acaban recompensando. En eso consiste el amor, ¿no? En aceptar que nadie puede ser perfecto para ti, asumirlo y seguir teniendo ganas de amar a pesar de ello.
Te dí mucho más de lo que debí darte. Dejé que sobrepasaras el límite, aquel en el que tienes que autocomplacerte con detalles insignificantes; tranquilizarte tú sola, diciéndote que todo va bien. Cuando yo me destrozaba a mí misma, tú lo sabías, y lo ignorabas. Pocas veces he dejado que alguien llegara al punto de importarme más que mí misma, pero tú lo conseguiste; ¿y ahora? Ya no me queda nada de todo lo que me hizo quererte tanto. Mi mente se debate entre el dolor y los recuerdos... ¿Valió la pena?
Y sin embargo, allí estás; intermitente. Apareces y desapareces de mi vida, confundiendo mis sentidos. No sé cómo reaccionar, cómo sentirme. Qué pensar.
Sólo sé que, cuando estabas, sonreía.

- I can still feel it in the air.

No hay comentarios:

Publicar un comentario