Andén del tren (Primera parte)

No podía creerme que fuera a verle ese día. Era algo increíble. La simple idea de pensar en él me ponía nerviosa, mis manos temblaban, a la vez que todo mi cuerpo, a compás del traqueteo del tren.
Quedaban apenas quince minutos para llegar a la estación, pero no podía quedarme en el sitio.
Me levantaba cada dos por tres mirando el reloj. Diez minutos.
Sabía que seguramente fueran los diez minutos más largos de mi vida, pero esperé, impaciente.

_________________________


La espera se hacía eterna. Estaba sentado en el andén de la estación, esperando a que llegase la que seguramente sería la persona más importante de mi vida. Respiré hondo.
Es una chica, no es una famosa ni nada por el estilo.
Pero... Ésta era especial. Venía por mí. Solamente por verme.
Y no podía mentir, yo también iría a dónde hiciera falta por ella. Nunca me había pasado nada parecido a ésto. Mi cabeza daba vueltas sobre sí misma al pensar en todo lo que sentía. 
Cinco minutos...

_________________________


Quedaban menos de cinco minutos. Cinco míseros minutos. Estaba de pie, con la maleta en la mano y la vista dirigida eternamente hacia el reloj. Cada vez quedaba menos, y el tiempo pasaba más y más lento. Maldecí mis nervios. Mis manos no paraban de temblar, mientras mi corazón latía tan fuerte que notaba como salía de mi pecho en cada latido. Me mareaba violentamente, haciendo que mantenerme de pié fuera más difícil por momentos. Además, las sacudidas del tren no ayudaban en absoluto.
En pocos instantes, estaría frente a él. Seguía pareciéndome un sueño...

No hay comentarios:

Publicar un comentario