Palabras.

Se me había olvidado lo que era el echar tanto de menos. Extrañar a alguien como si te hubieran quitado una parte de ti. Es una sensación extraña, y para nada simple, aunque lo parezca.
Esta forma de extrañar no es una melancolía pasajera; no. Es la falta de ti mismo. Es engañarse a uno mismo pensando: "Estoy bien. Esto no va a ser para siempre." Y no consiste en una distancia espacial, más bien temporal; te despiertas pensando en lo rápido que quieres que pasen las horas para encontrarle frente a ti de nuevo. En lo feliz que serías si estuviera allí, mirándote despertar, con la mirada que como nadie sabe responder a las preguntas de la tuya.
Y envidias la suerte que tenías hace unos días cuando dormiste apoyada en su hombro; y te odias. Y te sientes estúpida. Pero no puedes hacer nada; impotencia. Porque no te puede salvar otra cosa que no sea el tiempo, y el tiempo te hace heridas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario