Completa.

Resulta curioso éste sentimiento. Me desperté como me estoy despertando éstos últimos días. Feliz.
Es una felicidad extraña, sin embargo. Una felicidad amarga, con un ligero toque a nostalgia y a necesidad. Es una sensación que me invade desde que te vi, con aquellos ojos azules como el hielo, tus aires a imposible...
Qué equivocada estaba. Lo que parecía algo pasajero se ha vuelto en una adicción. En la razón por la que quiero que pasen los días, uno tras otro, hasta volverte a ver a centímetros de mi. A pasar mis dedos entre tu pelo, a mirarte y poder leer que no me vas a abandonar nunca.
Que me vas a dar todo lo que nadie ha sabido darme hasta ahora.
¿Sabes? Hoy me he vuelto a despertar pensando que estabas detrás de mi. Me dí la vuelta en el desesperado intento de abrazarte... Pero era la maldita almohada de nuevo. Todavía me pregunto... ¿Cuándo dejará de ser un engaño de mi deseoso subconsciente? ¿Podré algún día desearte los buenos días con un beso en la frente y el desayuno en la cama?
Mientras sigo aquí, sola, acurrucada en una esquina de la cama, esperando a verte entrar por la puerta.
Lo más inquietante es que no me encuentro mal a pesar de ello. Sé que ese día llegará, algún día no muy lejano. Poder susurrarte al oído un "buenas noches", abrazada a ti.
¿Te haces la idea de lo mucho que te necesito ya?
Y estaré esperando, ahora y siempre, el tiempo que haga falta con tal de poder ver en tus ojos lo mismo que puedes ver tú en los míos si te fijas lo suficiente.
Felicidad por haber encontrado mi otra mitad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario