Duele. Es algo que hace daño, al fin y al cabo. La soledad, el vacío... Acaban llenándonos y haciéndonos personas diferentes. Acaban por deshacer nuestra identidad como si nuestras lágrimas se encargasen de ello.
El pasado fue bello, el presente... No tanto. Quizás sea eso lo que me remueve por dentro, lo que me hace sentir así. ¿Cuándo encontraré de nuevo el equilibrio perfecto?
Ya ni sé lo que quiero, ni lo que quieren los demás de mí... Y estoy cansada de esperar. Quiero reír y tener razones para hacerlo. Quiero abrazarte sabiendo que no te irás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario