Solo busco un trozo de verdad.

Siento, poco a poco, como la rutina me consume por dentro. Siempre, los mismos días, repetidos, una y otra vez. Pocas veces hay algo que marque la diferencia en mi vida últimamente. Siento... Que me falta algo, aquí, conmigo. Algo que me haga sentir que vale la pena pasar todo el día para que se vuelva a repetir. Noto como si alguien o algo se encarga de ir quitándome lentamente todo lo que tengo, dejándome lo único que me hace seguir en pie. Muchas veces tengo miedo de perder todo aquello que en estos momentos es la base de mi felicidad. Sin esos detalles, mi vida no sería igual. Pero... Ahora sigue siendo incompleta. La costumbre se ha convertido en una adicción, y ahora no puedo vivir sin ello.
En el fondo, yo he alimentado esa adicción que ahora me convierte en una persona vacía, en alguien que no está a gusto con su vida. Hasta que llegue el ansiado momento de que esa sensación de total felicidad. En aquel momento volveré a avivar la necesidad de tenerla.
Y sigo preguntándome... ¿Ésto lo estarás pensando tú ahora mismo? ¿Te acordarás de mí, de vez en cuando?
Las preguntas rondan por mi cabeza, sin obtener nunca respuesta alguna.
Por eso, ahora intento vivir cada día como si fuera algo nuevo; pero, por alguna razón, nunca lo logro. Solo necesito una señal que me de la esperanza de volver a sentirme llena...

1 comentario:

  1. Pensamientos para demasiado jóvenes o para demasiado viejos, te recomiendo una lectura a tí que eres receptiva: "Deseo de ser punk", Belén Gopegui, Anagrama. Luego me cuentas...

    Óscar.

    ResponderEliminar