Nuevo mundo.


Algunas veces me gusta sentarme y pensar sobre mi vida. Sobre lo bueno y lo malo que me pasa cada día, analizarlo para así saber si debería estar triste o feliz. Estos momentos en los que comparo el bien y el mal que hago o que me hacen son los que determinan mi humor para el resto del día, en ocasiones hasta de la semana. Son momentos intensos, momentos en los que me doy cuenta de lo mucho que puedo llegar a conocerme a mí misma simplemente pensando en lo que hago y en cómo reacciono ante las cosas que hacen los demás. A veces huyo, me espanto, intento evitar enfrentamientos. Otras veces me mantengo firme y doy la cara. Creo yo que ninguna de las dos actitudes son inadecuadas, ¿verdad?. ¿O acaso estoy haciendo algo mal? 
A lo largo de mi vida me he dado cuenta de que muchas veces he tenido que dejar ir a cosas o sentimientos porque me hacían daño. He tenido que olvidar cosas que en un momento significaron todo para mí solo porque me hacían miserable. Y yo me pregunto... ¿Cómo algo tan perjudicial para uno puede llegar a ser una de las bases sobre las cuales también se sustenta nuestra felicidad?
Normalmente, lo único que nos hace felices, es también lo que nos hace más desdichados.
¿Por qué una persona, sabiendo que es lo más importante, puede hacerte daño?
Muchas veces me ha pasado que las personas que más alto tenía han caído de su trono de manera ridículamente abismal y rápida. 
Al fin y al cabo, no sirve de nada pensar en el daño que te hicieron en el pasado, ¿no?
Eso no debería determinar lo que sientes ahora. No, no debería. El acto más auto-destructivo que pude haber es recordar aquellas cosas que te hicieron sentir miserable y perdido. Hace que te desgastes, que te difumines, y que las personas a las que importas ahora no puedan verte tal y como eres. En este caso, la mejor defensa es escapar de estos recuerdos. Dejarlo ir, como tantas veces he hecho. Es sencillo; cuando algo pasa a hacerte sufrir, no debería estar en tu vida.



Huye. Escapa. Corre de aquel lugar que te hizo pensar que tu vida no valía la pena. Es algo que ya pasó, y que se fue de tu vida por alguna razón. Disfruta de lo que tienes ahora y de aquellas personas que quieren hacerte feliz, y lo hacen de verdad, sin malas intenciones. 
Abre tu ventana a un mundo nuevo lleno de sonrisas.

2 comentarios:

  1. bella entrada!! me gusto el final, tienes razon si hay algo que nos produce daño, hay que huir de ello, tambien reflexiono mucho como tu sobre el mundo, y sobre lo que dijiste, besos y me hizo reflexionar ;)

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  2. Claro, preciso y sincero... pero difícil es aplicarlo, aunque con esfuerzo todo se consigue. Un besote maridita, y gracias por hacer que me coma el coco! xD

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