Ordinary day



Todo aquello acabó antes de lo que imaginaba. Antes de lo que quería. Me habría gustado poder disfrutar de su cariño unos días más, poder abrazarle aunque fuera unos minutos más... Pero acabó. Acabó, y no muy lejos desapareció de mi vida. O eso es lo que él piensa. Aún pasa por mi cabeza como el amor de mi vida. Como aquella persona que supo darme lo que necesitaba; me hizo sentir completa. Tras tanto tiempo, sigo recordándole con un cariño que no me cabe dentro del pecho.

¿Cómo podría guardarle rencor por haberme roto el corazón?

Antes de eso, me había convertido en una persona mejor. Había conseguido reconstruir mi personalidad, que, en esos momentos, estaba hecha añicos. Así soy yo, y así me hizo él. Se llevó con él la mejor parte de mí, y poco a poco trato de recuperarla, sin su ayuda. Quizás por ello me está costando tanto...

Le olvidé, pero le recuerdo. No sé muy bien como explicarlo.

¿Crees que me siento mal?

Te equivocas, no podría estar mejor. Gracias a él he tenido experiencias nunca vividas, y, al contrario que su presencia, ellas se han quedado conmigo.

Y estoy lista para vivir nuevas.



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